Parte 6 / 6:
Estaba tumbada, vestida con una especie de bata entreabierta en lo que parecía una camilla. Se incorporó tan rápidamente como pudo y me dijo;-“que has hecho, cariño, era mi médico, tenía unos problemas con el embarazo y no quería decirte nada hasta que no los hubiera superado para no preocuparte”,”si, amor, lo hemos conseguido, vamos a tener un hijo”.No la creí. Ni siquiera la escuché. La apunté y le disparé a la cabeza sin dudar. Mientras sus cuerpos yacían en el suelo bañado en sangre, tuve una extraña sensación de calma. Fue entonces cuando alcé la vista y me fijé en la habitación. A un lado había un gran escritorio, con un ordenador y muchos diplomas colgados de la pared que había detrás. También había un carrito con lo que parecía material médico al lado de la camilla donde maté a mi mujer. Miré al hombre que estaba en el suelo y me di cuenta de que vestía una bata médica con el pecho ensangrentado por mis disparos. Entonces, vi la verdad que la paranoia de mi mente no me había dejado ver hasta ese momento. Le dí la vuelta a la pistola, metí el pequeño cañón de la 38 en mi boca y apreté por última vez el gatillo. Ya no quedaban sospechas ni dudas. Ahora todo estaba tranquilo. La locura había terminado.
(escrito por Chema)
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