martes, 27 de noviembre de 2012

70 años de "Casablanca)

-¿"Me desprecias, verdad Rick"?

-"Si llegara a pensar en tí, probablemente...si"     



Que grande Bogart...

domingo, 25 de noviembre de 2012

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¿Alguna vez conocisteis a alguien que en circunstancias normales es buena persona, pero que en algunas situaciones concretas es un imbécil insoportable?

sábado, 17 de noviembre de 2012

Poesía pura...

"Desearía ser una lágrima tuya. Para nacer en tus ojos, vivir en tus mejillas, y morir en tus labios."

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"Es San Valentín ... ¿Follamos?"


viernes, 9 de noviembre de 2012

Oscuridad...

Apenas pudo levantarse. Estaba algo aturdido y desorientado. Caminaba casi arrastrando los pies, de un lado a otro, ayudándose a duras penas con las manos tocando las paredes que tenía a los lados y que le servían de guía. Un guía de cemento y frío pero que era lo único de lo que fiarse cuando la oscuridad es casi absoluta.

No sabe bien cuanto tiempo pasó ni los pasos que dio, pero por fin, tocó la puerta. Pasó sus frías manos sobre ella buscando el punto de apoyo que le sirviera para abrirla. Se frotó un poco los ojos para prepararse a lo que podría haber detrás…y tiró de ella. Un aire frío como el acero le impactó en la cara. Una tenue luz sin apenas intensidad que allí había, no le permitía distinguir nada.
Pero eso no era lo peor. No era consciente aún del horror que allí, en la noche, le estaba esperando. Un hedor insoportable para cualquier ser humano emanaba hacia él golpeándole con fuerza los sentidos, haciéndole retroceder unos pasos de inmediato. Estuvo a punto de caerse y le costó sobreponerse al vómito. Sus ojos, algo acostumbrados ya a la suave luz, le permitieron ver algo que seguro que no querría haber visto. Lo que parecían pequeños trozos de un cadáver, permanecían allí perfectamente envueltos y empaquetados. No eran muchos, pero los suficientes para que se sintiera realmente asqueado y le volvieran las náuseas…

No sin esfuerzo, en un rincón al fin vio lo que en todo momento estaba buscando. Lo cogió como pudo, aguantando en lo posible la respiración para no volver a caer en manos de aquella pestilencia y se fue, cerrando al fin aquella maldita puerta.

Volvió hacia la cama con el botellín de agua en sus manos. Una vez allí, cómodamente acostado, pensó que efectivamente al día siguiente tenía trabajo, ya que algo olía a podrido…en la nevera.