miércoles, 27 de marzo de 2013

"Una mala experiencia".



Estaba convencido de que estaba en el infierno. Y era más espantoso aún de lo que jamás había imaginado. Peor aún de lo que le contaron de niño en aquel colegio católico donde tan mal lo había pasado. La rectitud y severidad de los clérigos era dura de soportar, pero sus historias sobre el infierno para los pecadores siempre le habían parecido “cuentos de terror” para asustar a los niños. Cuan equivocado estaba, ahora lo sabía. Lo que no comprendía era que hubiera sido tan “malo” en la vida como para estar ahora allí. Estaba aterrado, sentía realmente lo que era el miedo. Un miedo atroz al ver como un desfile de espantosas criaturas pasaban ante él…cada vez más cerca.

Algunas, dejaban entrever que alguna vez fueron personas, pero ahora estaban totalmente demacradas.
Unos llevaban su propia cabeza en una mano, mientras arrastraban un cuerpo que parecía que le habían arrancado la piel a tiras. Otras, tenían aspecto de mujer, pero con el cuerpo ensangrentado, apenas unos asquerosos jirones de tela putrefacta por ropa y un rostro que era la viva imagen del terror. Incluso vio pequeñas y espantosas criaturas, que bien pudieron haber sido niños algún día, con caras con enormes bocas de dientes afilados y las cuencas de los ojos vacías. Esqueletos andantes portando enormes guadañas mientras reían fantasmagóricamente, encapuchados con sotanas teñidas en sangre arrastrando cadenas, terribles monstruos con la caras deformadas, con enormes narices llenas de cicatrices, asquerosas verrugas y demás signos horripilantes…todo un repertorio de un repugnante y nauseabundo desfile de lo que fueran aquellas cosas.

Permanecía inmóvil, incapaz de moverse paralizado por el miedo, pensando en como y cuando se convertiría él en una de esas criaturas horribles cuando de entre ellos, surgió una figura corpulenta que avanzaba hacia él.
Lo reconoció rápidamente. Alto, de aspecto fuerte, con un traje de una sola pieza, de un color rojo intenso, escoltado por una gran capa de cuello alto del mismo color sangriento que dejaba ver como se arrastraba lo que parecía una cola de animal. Su rostro parecía hecho de fuego, con malvados ojos negros, orejas puntiagudas y de su cabeza, con pelo también negro y liso, le brotaban dos pequeños y siniestros cuernos. Portaba además, un enorme y afilado tridente manchado de sangre. No tenía duda. Era el mismísimo Lucifer, que venía a buscarle para que pasara una espeluznante eternidad a su servicio. Estaba seguro de que era el fin…

Se le acercó, y mientras le sujetaba una mano, con la otra le empezó a dar suaves palmadas en el rostro.
No entendía nada de lo que estaba haciendo hasta que, de pronto, recobró sorprendido y asustado el conocimiento.

-eh, señor, ¿se encuentra bien? Se ha llevado usted un buen golpe, menudo susto nos ha dado-, le dijo.

Miró a su alrededor y empezó a recordar. Circulaba con su coche cuando tuvo que dar un brusco giro de volante para esquivar a un perro que se le había cruzado de improviso. Perdió el control y el coche quedó volcado en la calzada. A partir de ahí ya no recordaba que ocurrió, pero supone que la gente lo sacó del coche y lo puso donde se encontraba ahora, sentado junto a un árbol cercano. Se formó un gran revuelo junto a él de gente que ahora veía claramente que iban disfrazados grotescamente…como correspondía a la noche de Halloween que se estaba celebrando en esas fechas.

Comprendió que ese era el motivo por el que su subconsciente le había hecho pasar por aquella espantosa pesadilla. Contento por tener “solo” quizá algún hueso roto, miró al hombre disfrazado de diablo que se preocupaba por él, le sonrió y le respondió aliviado;

-estoy bien-.




Otra vez de vuelta.

Ya estamos aquí otra vez después de nuestro breve pero intenso viajecito a Madrid a mi revisión anual.
Esta vez, el viaje tuvo unas cuantas pequeñas pero bastante molestas incidencias. Empezamos en el tren, en la ida, cuando después de unas tres horas de viaje mas o menos, nos dícen que el tren tiene algunos problemas técnicos o mecánicos o yo que se. El caso es que nos avisan que iremos retrasados sobre el horario previsto. Bien.

Luego, a falta de una hora para llegar, me llama el encargado del hostal que teníamos contratado para pasar la noche y me dice que hay una avería en los calentadores de la planta donde está nuestra habitación (que casualidad) y que cuando lleguemos, nos dará la dirección de otro hostal cercano al cual pasaron nuestra reserva. Bien. Sí estaba cercano (aparte de que era bastante peor que el otro) pero algo mas lejos de nuestro destino en Madrid, lo cual iba a ser importante para la vuelta como veremos.


(esto es lo primero que ves cuando el tren te deja en Madrid. Cuando veo las torres de Florentino me siento como en casa)
A las 7'30 de la mañana siguiente, a levantarse para ir al hospital, y como a "alguien" se le ocurrió dias antes mandarme una carta a casa cambiándome la cita para las 9'15, pues hala. Pero como era previsible, a esas horas no hay resultados de nada todavía y tocaba esperar en la salita de espera a que te llamen. Total, unas cuatro horas allí hasta que salimos de consulta, eso si, con las mejores noticias de estos dos días.



( mi "Princesa"...)

Miramos el reloj e intentamos llegar rápido a la estación para cojer un tren que salía de vuelta tres horas y media antes que el nuestro. Pero como tuvimos que volver al hostal a buscar la maleta que habías dejado allí, y este estaba algo mas lejos que donde estamos siempre, y luego tuvimos que cojer un Metro, que estaba mas alejado,y tuvimos que hacer un trasbordo. Y luego otro, y luego el definitivo que nos llevaba hasta la estación. Y claro, con tantos "Y" por el camino...llegamos tarde. Por poco pero tarde.

Pues nada, cuatro horas tirados en la estación y encima reventados por la carrera inutil que nos habíamos pegado.

Pero no había acabado todo ahí, no. Encima a nuestro tren no se lo que le pasaba pero salió nada menos que con una hora de retraso, para rematar el día. Total, que al final no fueron cuatro, si no cinco las horas en la estación. Mas otras cinco de viaje, mas lo que llevábamos peleao desde la 7'30 de la mañana, y mas todo el día anterior. Llegamos por fin a Oviedo a eso de las doce y media de la noche.

Cuando me metí en mi cama pasadas la una de la mañana, no me lo podía creer. Menos mal que solo es una vez al año.


(al menos, alguno disfrutó del día viendo a la selección española. Y yo me alegro mucho por él por supuesto)

domingo, 10 de marzo de 2013

Citas curiosas.



Del mundo del Heavy Metal:



- STEVE VAI (solista)  "La Diferencia entre una mujer y una guitarra es que la guitarra solo habla cuando yo quiero"

- KAI HANSEN (Helloween)  "Helloween solo es un poquito de tralala con algo de tralali y mucho lalala"

- JIM MORRISON (The Doors)  "El día que leí que el alcohol era malo para la salud... dejé de leer."

-STEVE HARRIS (Iron Maiden)  "Bruce Dickinson haría un disco de country si estuviera de moda en ese momento"

- POISON (1988):  A quien nos llame maricones le pegamos una paliza y nos follamos a su hermana"




- JARI  KAINULAINEN (Stratovarius) -Yo no necesito ensayar, soy demasiado bueno

- DAVE MUSTAINE (Megadeth) "Si hubiera seguido en Metallica ahora mismo seríamos más famosos que los Beatles"

- LARS ULRICH (Metallica) "Quería agradecer este Grammy a Jethro Tull por no haber sacado ningún disco este año"

- LEMMY (Motorhead) "Yo vengo del rock and roll ,esta gente con monos de trabajo y caretas vienen del circo" (hablando de Slipknot)

- JAMES HETFIELD (Metallica,1986):  "Nosotros nunca grabaremos un videoclip"








(freak-zone)