...cuando "Llama", el dragón, fue a ver a la Madre del universo después de la creación, le dijo:
-Madre, deseo ser un perro pero con cualidades divinas, diferente a todos.
La Madre, compadecida de verle tan solo, pues solamente quedaban dos dragones de la época antigua, le dijo:
-Está bien, dragón, viejo amigo, ¿que deseas?
"Llama" el dragón le contestó:
-Deseo la velocidad de las gacelas de ojos claros. La mirada de las águilas blancas que surcan los cielos. El olor de las palomas. El silencio de la niebla de las estepas rusas. Sonreír como los niños. La lealtad de los ángeles y el amor de los perros.
Madre le dijo; -sea-
Y dos maravillosos Borzois surgieron de su manto, cayeron sobre las estepas de Rusia y desde entonces, vagan por allí...
Leí esto hace tiempo y quise ponerlo en mi blog, pero olvidé donde lo había visto. Ha sido una feliz sorpresa encontrarlo aquí de nuevo.
ResponderEliminarSon verdad todas esas descripciones que da sobre los borzois, cada una de ellas, es absolutamente ciertas. Me emociona leerlo.
Con tu permiso, haré un post con esto pronto.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Hola, Alberto, encantado de leerte de nuevo por aquí.
EliminarPues como casi siempre, encontré esto de casualidad, buscando cosas sobre los adorables gigantes rusos, en un blog de un criador de Colombia, na menos. Lo puse un poco a mi gusto y me lo agencié, ja, ja...Me encantó y no podía dejarlo pasar. Eso si, fui incapaz de encontrar algo mas sobre ese cuento, por mas que lo intenté. Y por supuesto que tú puedes hacer lo mismo, faltaría mas. Te dejo el enlace por si quieres echarle un ojo.
Un saludo Alberto y mucha fuerza, para que puedas ir recuperando el ánimo.
http://bostanmiborzois.webs.com/
Y yo, encantado de volver por aquí.
EliminarCreo que en ese sitio del enlace que me pasas, fue donde lo vi, pues me resultaba conocido el sitio. Muchas gracias.
Es verdad que es un texto fácil de encantar a quien conoce y admira a los borzois. Los describe perfectamente, en muy pocas líneas.
Muchas gracias, otra vez, por tu amabilidad.
Intento acostumbrarme a vivir sin Tallulah a nuestro lado. Son criaturas inolvidables y solo espero que llegue un día en que pueda pensar en ella sin dolor.
Abrazos.